Las verrugas genitales están causadas por el VPH. Se conocen más de 100 genotipos, de los que 40 pueden infectar el área genital. Los genotipos oncogénicos o de alto riesgo (VPH 16 y 18), producen la mayoría de cánceres de cuello uterino y muchos de pene, vulva, vagina, ano y orofaringe. Los genotipos de bajo riesgo de displasias epiteliales o neoplasias (VPH 6 y 11), causan verrugas genitales y papilomatosis respiratoria recurrente.
Asociaciones más frecuentes del VPH | ||
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Tipo de VPH | Presentación | Potencial oncogénico |
6 y 11 | Condilomas acuminados | Bajo |
31, 33, 35, 42, 52 y 58 | Lesiones de tránsito rápido | Intermedio |
16 y 18 | Lesiones precancerosas e invasoras | Alto |
Epidemiología
ETS más frecuente, afectando al 1-2% de la población sexualmente activa. La transmisión por contacto sexual es la más común. Los factores de riesgo incluyen múltiples parejas sexuales, edad temprana de inicio de relaciones sexuales y parejas sexuales con el VPH.
Clínica
Período de incubación entre 1-6 meses. Generalmente es asintomática y autolimitada, aunque a veces cursa con dolor o prurito. Puede producirse el contagio a partir de infección subclínica, incluso después del tratamiento.
Existen 4 tipos de verrugas genitales:
- Condiloma acuminado: Las más frecuentes. Son neoformaciones exofíticas, generalmente múltiples, tamaño variable, con aspecto de “coliflor”, color rosado o blanco-grisáceo, en cuya superficie se aprecian proyecciones filiformes o papilomatosas. Afectan a zonas húmedas o de confluencia de diferentes epitelios (introito, ano, cara interna del prepucio, meato uretral).
- Verrugas queratósicas con aspecto córneo: en áreas queratinizadas (cuerpo del pene, escroto, área perineal y perianal, labios mayores)
- Verrugas papilares con superficies lisas.
- Verrugas planas: lesiones maculares mínimamente elevadas, no visibles salvo aplicación de ácido acético.
Diagnóstico
Es clínico. La aplicación de ácido acético al 3-5% durante 5 minutos, provoca que zonas afectadas se vuelvan “aceto-blancas”. Se requiere confirmación histológica ante dudas diagnósticas, lesiones que no responden o empeoran con el tratamiento, atípicas, pigmentadas, induradas, fijas o ulceradas en su superficie o pacientes inmunodeprimidos.
Tratamiento
Los tratamientos reducen, pero no eliminan, la infectividad por VPH. Por la posibilidad de resolución espontánea, una opción puede ser la abstención terapéutica. No existe un antivírico específico. Existen diferentes opciones terapéuticas, sin evidencias que demuestren superioridad de alguna de ellas.
Opciones terapéuticas VPH
Aplicadas por el propio paciente
Podofilotoxina al 0,5% en solución o al 0,15% en crema
2 veces/día 3 días seguido de 4 días de descanso. El ciclo puede ser repetido si es necesario, hasta un total de 4-5 veces.
No se recomienda cuando el área total de las verrugas excede los 10 cm2, y el volumen total de podofilotoxina no debe exceder de 0,5 ml por día. Es frecuente la sensación de irritación o dolor local.
No establecida la seguridad durante el embarazo.
Imiquimod al 5% en crema
1 vez/día, antes de acostarse, 3 veces a la semana durante un máximo de 16 semanas. Después de 6-10 horas de su aplicación debe lavarse la región con abundante agua y jabón. Son frecuentes las reacciones inflamatorias locales.
No establecida su seguridad durante el embarazo.
Sinecatequinas en pomada al 15%
Extracto de hojas de té verde, con propiedades antioxidantes, antivirales, antitumorales e inmunoestimuladoras. Se aplica 3 veces/día, durante un máximo de 16 semanas. Buen perfil de seguridad y tolerabilidad y baja tasa de recurrencias.
Aplicadas por los profesionales sanitarios
Crioterapia con nitrógeno líquido
El tratamiento se aplicará en la consulta, pudiendo repetirse a intervalos de una o/y dos semanas. Es habitual el dolor después de su aplicación, seguido de necrosis y algunas veces formación de ampolla.
Ácidos tricloroacético o bicloroacético al 80-90%
Aplicados en pequeña cantidad sólo sobre las verrugas y posteriormente dejarlo secar al aire hasta que la zona se torne de aspecto blanquecino (evitando que el paciente cambie de postura). Si se aplica un exceso o se produce dolor intenso, debe ser espolvoreada con talco o bicarbonato. Puede ser repetido a intervalos de una semana si se considera necesario. Es seguro en el embarazo y en la mayoría de localizaciones.
Tratamiento quirúrgico
Escisión tangencial, curetaje o electrocirugía. Indicado en múltiples lesiones y/o una extensa área afecta y verrugas intrauretrales. El láser de dióxido de carbono es útil para lesiones de gran tamaño o localizadas en zonas de difícil acceso (meato uretral y canal anal). La electrocirugía y laserterapia deben realizarse con mascarilla y aspirador de humos, ya que el humo desprendido contiene ADN viral.
Resina de podofilino al 10-25%
Aplicada en una delgada capa sobre las verrugas, posteriormente seca el compuesto al aire antes de que el área tratada entre en contacto con la ropa, lavando la zona a las 1-4 horas. Puede producir irritación local. Se puede repetir semanalmente. Se recomienda un máximo de 0,5 ml o un área menor de 10 cm² por sesión. No se ha demostrado su seguridad durante el embarazo. No se recomienda su uso rutinario, dado los efectos adversos y su eficacia inferior a podofilotoxina.
Interferón intralesional
Efectivo por sus efectos antivirales, antiproliferativos e inmunomoduladores. Intralesional es bien tolerado y más efectivo que sistémico. No recomendado de forma rutinaria por el modo de administración, efectos adversos sistémicos y el coste elevado.
La recurrencia es más frecuente los tres primeros meses. Se desconoce cuánto tiempo permanece contagioso después del tratamiento. No hay evidencia de que las verrugas genitales o su tratamiento se asocien al cáncer cervical. El tratamiento de la pareja no es necesario en ausencia de lesiones.
Se dispone de vacunas, obtenidas por recombinación genética de baculovirus (Vacuna bivalente (Cervarix®) (GlaxoSmithKline), para VPH 16 y 18, o de sacharomyces cerevisiae (Vacuna tetravalente (Gardasil®) (Sanofi Pasteur MSD) para VPH 16, 18, 6 y 11, aprobadas para mujeres de entre 9-26 años. Su efectividad preventiva es casi del 100%, en mujeres no expuestas. Existe controversia sobre su uso generalizado debido al coste, incertidumbre sobre la duración de protección, y la falsa sensación de seguridad que proporciona.